lunes

Ya casi lo tengo… Breve relato en lucha por Facundo Malvicino … esta vez no se me escapa, tengo que ser bien técnico, conservar la posición pero sin descuidar la fuerza que es una de mis aliadas, ¿no? Sí, ¿no? Porque si me quemo, estoy al horno -qué gracioso, debería ser humorista-. Respiro por la nariz, mantengo la postura, subo la vista… que no me vea lo que estoy buscando… manotearle la gola y luego la pierna y no quedar estático… ahí va, cabeza con cabeza, frente con frente, a lo torito, ¡¿qué me va a ganar en esta?! ¿Para qué hice tantos deportes de contacto todos estos años? Estoy acostumbrado a empujar… ahí ‘tá la gola, no la sueltes, el brazo flojito: es fuerza de muñecas dice Fede, así, con el brazo relajado, vas presintiendo lo que el otro hace y podés sorprender…también respirás mejor. Ahí vamos… mierda, tiene fuerza este también… no tengo que olvidarme de la técnica. Vamos, vamos… ¿a dónde voy, carajo? Este no me deja ir pa’ ningún lado ¿qué hago ahora? Ya está, le saco el kimono: a nadie le gusta que le arruguen la pilcha. Además, con esto se va a distraer y ¡zas!, ahí le doy murra… puta, no sirve, ¡me cago en Rolo! ¡A él siempre le funciona! Algo me debe estar faltando, seguro. Che, me estoy cansando y este sigue tironeando… ¡epa! ¡¿a dónde vas sotreta?! Casi me sienta de orto. Vamos con lo básico: hago base, planto un pie… ¡ey che, soltá eso mierda! Qué lo re parió, está complicado… vamos, vamos. Se lucha con la cabeza, esto es cabeza -siempre que éstos no te la arranquen-. Ahí va, ahí va, dame esa patita… ¡aiaaa, los dedos!… ¡ma’ si!, yo lo tackleo y me lo llevo puesto hasta Corrientes, que tanto… …ya lo tengo, esta vez no se me escapa. Paso a paso: le enlazo las patas, guardo la cabeza y la alejo de las rodillas –estos soretes te finalizan con cualquier cosa a esta altura- ¡Fuff! Estoy agitado, qué lo tiró… tengo que dejar de chupar, aunque anoche comí liviano. No sé, no sé… ahí está, que se entretenga con la cabeza, pero que no se mueva tanto… no parece cansado… lo tengo que planchar y… ahí lo tengo, después que se preocupe él de salir y si se retoba le cepillo las costillas con la pera, jejeje, no al pedo tantos deportes de contacto, uno se vuelve mañoso y va aprendiendo la mugre, jejeje... ahí tené’ canuto, un codito en la clavícula, me abro el kimono y la panza transpirada a la cara, jejeje... saladito, más rico, como decía un amigo… pero este tiene barba y me hace cosquillas. Vamos que ya lo tengo… ¿qué me hace con la pilcha? Éste no para de moverse ¿no está cansado? yo estoy muerto. ¡Dejá las patas quietas, che! ¿Cuánto falta? Si fuera por puntos, ¿iría ganando? Qué se yo… mejor lo monto y ahí lo amazo o le doy un beso. ¡Vamos carajo! ¡ya casi lo tengo! ¡bien!... ¡¡Plac, plac, plac!! Suena sobre el tatami y una voz a lo lejos que dice: - Che Facu, ¿estás bien? - Sí, creo que sí, ¿qué pasó? - Te dormiste en el mataleón… - No puede ser, ¿cuánto estuve? - Minuto, minuto treinta mas o menos … - No, no puede ser… si ya lo tenía. *** ¡Gracias a todos mis compañeros y amigos de Constrictors por darme murra seguido y ayudarme a ser mejor escritor! ¡Salú a la barra! y Hasta la victoria siempre… [que Edu nos deje] FM

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta la Victoria...Secret.
Gino Betancourt.

Tincho dijo...

Al final, todo se reduce a luchar con uno mismo. No hay otra forma de competencia?

Muy bueno el escrito!

Tincho.

Unknown dijo...

Hola, muy simpática la narración. Soy judoka y por curiosidad entré en el blog. Y me cayó muy bien el espíritu afable que presenta, despojado de esos triunfalismos que suelen ser mondeda común en algunos sitios de artes marciales, que muestran su actividad como si fuera que entre ellos aprenden y entrenan leones enjaulados, esperando una orden o una mirada fuerte para desatar su bolsa de conocimientos y dejar boquiabierto al otro.
Felicitaciones, un abrazo desde Córdoba, Argentina.